domingo, 21 de junio de 2009

POR ELLOS.

Por ellos, por una sola de sus sonrisas, merecen la pena todos nuestros esfuerzos.
Estuve todo el curso azuzándolos para ganar el concurso de decoración de aulas. Los tuve todo el año buscando ideas en la red, dibujando, pintando, recortando, pegando, atando...
Al final, el esfuerzo mereció la pena. Ganamos y pudieron ir gratis a la Isla Mágica. Yo, qué duda cabe, disfruté más que ellos. No con las atracciones y los espectáculos, sino con la luz de sus rostros. Al fin y al cabo, ellos dan sentido a mi vida...

viernes, 5 de junio de 2009

HAY ESPERANZA

Por muchos motivos que haya traido mayo para dudar de la condición humana, el día de hoy se me abre a la alegría del hombre y a la confianza en él. Y no es que aquella duda resulte menos fundada que entonces ni esta certeza más confiable. Es que el ser humano es así, paradójico en esencia. Villano y noble a la vez, capaz de ejercer las mayores vilezas junto a la misericordia, de arrasar y redimir a un tiempo.
Hoy me toca celebrar la condición humana y sentir el orgullo de pertenecer a ella.
Trabajábamos en clase un texto en el que Mr. Wilson, el viejo guardian de un colegio, pegaba fuego al mismo para vengar los ultrajes que recibió de niño en ese mismo centro por parte de un nefasto profesor. En base a esta situación inicial, se planteó el debate, a continuación, de si era lícita la venganza en determinadas condiciones. Se abrió un turno de palabra y es aquí donde mis alumnos me dejaron más que impresionado. Fueron muchos los comentarios con los que enriquecieron la reflexión:
- El caso de la pobre niña sevillana y lo mal que funciona hoy la justicia en España.
- Mejor esta justicia que la de épocas pasadas en las que se mataba a discreción y los asesinos andaban impunes por las calles.
- El crimen de las estanqueras sevillanas y la pena de muerte.
- Las arbitrariedades de la época de la dictadura. (Aún los abuelos siguen informando).
- Los métodos de Stalin. (Es maravilloso tener un alumno ucraniano).
Las conclusiones a las que llegaron fueron unánimes y muy sentidas por todos ellos:
- Vale la pena dejar que la justicia actúe en todos los casos.
- Es preferible que escape un culpable a que se ajusticie a un inocente.
Cuando un grupo de chavales, de no más allá de quince años, demuestra tener un sentido tan estricto de lo justo y lo conveniente y es capaz de alumbrar, sin otra presión de adultos que la de la mera moderación, tales conclusiones, puede proclamarse a las claras que este mundo no está perdido. Hay esperanza...
Y si, encima, parte de ese debate se ha intentado hacer en inglés, la esperanza se vuelve moderna y universal...