domingo, 8 de enero de 2017

CHRISTYS OF LONDON





Un sombrero dicen que hace a un caballero. A mí eso me da igual. Lo que sé es que me acostumbré a ellos hace muchos años y no puedo pasar sin algo sobre la cabeza. 
Hace dos años, en la última inspección educativa que recibí en el instituto, se dio una anécdota curiosa:
Entró el Inspector conmigo en el aula a las 8:15 y estuvo toda la hora observándome impartir la clase y anotando, sentado al final de la sala. Al terminar, me abordó y me felicitó por la calidad de mi trabajo regalándome el mayor halago que un maestro pueda recibir -"el cariño no aparece entre mis criterios de valoración, pero debería aparecer porque es lo que he visto toda la hora entre usted y sus alumnos, por ambas partes".
Poco después, se reunió con el Director para mostrarle el informe y lo primero que había anotado en él era: "El profesor da la clase tocado con un sombrero".
Nuestro Dire, Pepe, hombre de años y tablas probadas, le respondió:
- "Mira, A...., si tú quieres decirle algo a Joaquín, se lo dices tú. Aquí el Teacher es una institución con sombrero. Es más, no nos lo podemos ni imaginar sin él".
A lo que el Inspector añadió: - "Sí, he notado que los alumnos lo llevan con toda naturalidad".
A mí sólo me queda apostillar: - Lo que no llevan con naturalidad es si me lo quito. Cuando a veces lo hago para rascarme o secarme no falta alguno que me dice: - "Teacher, póntelo, que estás muy raro..."




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