miércoles, 29 de diciembre de 2010

RAPHAEL

Aquí lo tenéis. Este hombre posee la voz más hermosa que ha dado la música española. Asombró desde niño. Empezó a cantar con sólo tres años.
Sí, me encanta Raphael. No es nuevo. Me gusta desde siempre. Su voz me cautivaba escuchada en las gramolas de feria de finales de los 60, tanto como en los discos dedicados de la radio del momento. Recuerdo un día de verano por estos años, de vacaciones en Valverde con mis tías, en que me senté embelesado en un umbral de la Calle Camacho para escucharlo. Tenían la radio puesta y el formato que me llegaba hasta la puerta distaba mucho del MP3, pero bastó para dejarme allí clavado con devoción.
Sufrí con las reservas con que algunos galleaban:
- Me gusta escucharlo, pero no verlo...
- Maricón, aflojabombillas...
Así las gastaban en aquella España de chulos, beatas y timoratos.
Por fortuna, las cosas cambiaron mucho y uno pudo vivirlo.
Hoy ha prevalecido lo que tenía que prevalecer: su inabarcable calidad como artista y cantante, su voz portentosa...
Es gratificante comprobar como la totalidad del universo musical hispano le rinde pleitesía, habiendo sido promotor y mentor de muchísimas figuras emergentes. Cantantes de la talla de Bunbury o Dani Martín lo tienen como referente y modelo. Es delicioso comprobar como, a pesar de los años y del deterioro natural, su voz es aún capaz de eclipsar a toda la que se ponga a su lado, como quedó bien patente en la última gala de Nochebuena.
Dejo para disfrute de todo el mundo su "Yo soy aquel", con el que representó a España en el Festival de Eurovisión del año 1966. Destacaría en ella cuatro rasgos:
- Su soberbia dramatización.
- Una vocalización perfecta.
- La rica gama de matices y timbres de su voz. (Valga como ejemplo la palabra "sueña". (38'', 1'04'', 1'57'').
- La fuerza y la calidad con que canta las españolísimas "R", sin ahorrarse ni una sola fricación. (48'', 1'41'', tenerrrte...).
Disfrútenlo...

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