Hoy ha sido un día frío pero radiante de sol.
En Villarrasa, mi pueblo, en cuanto el tiempo endereza y se le ve la punta a la estación deseada, empezamos a reinar en nuestras fiestas de primavera. El ánimo se levanta o así nos lo parece y cambia el tono y hasta el semblante. La verdad es que este año lo necesitamos de manera especial, después de estos tiempos tan malos que estamos atravesando.

He jugado esta vez, sobre todo, con luces y matices igualados para conseguir homogeneidad cromática. El resultado puede adolecer de algunos detalles un tanto kitsch. No me preocupa. Al fin y al cabo, qué es si no nuestros excesivo barroquismo.
La Cruz, convenientemente iluminada y tratada, luce bellísima. Seguro que va a emocionar a todo el que sepa contemplarla con ojos embelesados. Dejo aquí las imágenes en señal de gratitud a quienes me han facilitado los medios para montar la composición y como homenaje a todos los cruceros de abajo que, como siempre, van a tener el privilegio de abrir el mayo villarrasero.
Pincha sobre las fotos para verlas a mayor tamaño.
Y yo, ahora, ¿qué quieres que te diga?... Allá donde esté Ella no tengo ojos para nada más, así que, date por agradecido por la dedicatoria, porque no tengo más palabras que decir.
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