viernes, 4 de febrero de 2011

LA BANDERA DE ESPAÑA.


Mi primera estancia en el Reino Unido coincidió con la boda del sempiterno Príncipe de Gales con Lady Diana Spencer. El país entero, cada ventana, cada calle, se llenó de motivos decorativos de celebración, bajo el denominador común de los tres colores de la Union Jack. Si entrabas en conversación con los lugareños, no dudaban ni un instante en dejar patente el orgullo que sentían al usar aquel símbolo que les había servido tanto para ganar imperios como para unirse contra el tirano. No pude dejar de sentir una mal disimulada envidia.
Aquí para lo único que habíamos usado la Bandera, (oro, sangre e imperio como ninguna), en el último siglo,  es para arrojarla a la cara del contrario e imponérsela por la fuerza. Incluso bien entrada la transición y hasta nuestros días hay quien, impúdicamente, la luce como parte de su indumentaria personal para remarcar y hacer evidente una ideología concreta. Esta marrana costumbre de los españoles consistente en hacer banderías con los sagrados símbolos de todos…

 El otro día llegué al piso donde estudia mi hijo en Sevilla y me encontré la roja y gualda formada con pinzas de tender en una de las cuerdas de la terraza. No sé si alguno de los que allí conviven había sentido un arrebato patrio o ardores postmundialistas.
Le pregunté:
-         - Enrique, quién ha hecho esta bandera…
-          -Yo, papá. Me respondió él.
Me di un punto en la boca y callé. Para qué trasladarle mis frustraciones… 

1 comentario:

  1. Fortunately the Union Jack represents the whole country (well, perhaps not so much Scotland which prefers its own flag which flies above its many other monuments). It's sad that in Spain it has been so manipulated by political parties. However, with time, the river will return to its original path.

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