Ya lo he dicho antes: adoro mi profesión.
Ya sé que habrá algún malpensado por ahí cavilando: - Claro que sí, por las buenas vacaciones que tenéis…
No es por eso, aunque a nadie le amarga un dulce, es por algo infinitamente mejor… El benéfico influjo de la juventud.
Ellos lo aceptan de mala gana, pero no hay remedio, tenemos que estar mirándolos siempre… La observación y la curiosidad son dos de las principales herramientas de trabajo del profesor. Lo que ellos no alcanzan a comprender (piensan casi siempre que lo hacemos por fastidiar) es que esa mirada nuestra es muchas veces de admiración, cuando no de complicidad o, por qué no decirlo, de jodida nostalgia… Sí, maldita sea, por ellos sigo siendo curioso y vivo…
No lo puedo evitar ni en vacaciones. Sin ir más lejos, desde hace unos días se me andaba pegando al oído, aquí en casa, una música que salía del dormitorio de mi hijo. Hoy ya no he podido aguantarme y lo he abordado:
- - Enrique, hijo, qué es eso que estás escuchando…
- - Korn, papá…
- - ¿Korn…? (Ni idea…)
- - Sí, entra y siéntate en la cama. Te la voy a poner.
Claro que he entrado, me la ha puesto y me he quedado de piedra… Vaya pasada de canción…
Luego, me he ido al despacho y he buscado la letra. Aún me tiemblan las piernas…
FREAK ON A LEASH.
uma letra muito interessante
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