martes, 28 de junio de 2011

ROMAN CATHOLIC

Hoy me he puesto a revisar la entrada CORPUS de hace dos días. Ardua tarea ésta. Nunca estoy conforme con lo que escribo. Expresiones que un día salen de una manera al siguiente me gustaría decirlas de otra, para volver a cambiarlas a un tercero…
Al leer caigo en la cuenta de la apabullante cantidad de términos y expresiones religiosos, cuando no genuinamente católicos, que uso.
Cualquiera podría pensar que se encuentra ante un mueble de sacristía. Nada más distante de la realidad, de hecho, estoy bastante alejado de la práctica pública de mi religión. De joven sí he sido un católico ferviente, no ahora. No es cuestión de hacer bandera de ello, como tampoco practiqué antes el proselitismo.
Eso sí, nunca me he avergonzado de mi condición de tal. La religión, como cualquier otro fenómeno de la vida, me ha realizado aportes y me ha supuesto rémoras. Sin duda priman los primeros, sin perjuicio de que las últimas hayan sido muy grandes. De cualquier manera, el fenómeno religioso es factor importante en la conformación de mi personalidad. Decir otra cosa sería no hacer justicia a mis orígenes y a una tradición que me define.
Todo lo anterior viene a colación para recordar un hecho acaecido a principios de julio de 1981, la primera vez que visité Inglaterra. En el aeropuerto de Gatwick me esperaba mi buen Andrew impaciente. Con él había acordado minuciosamente los pasos que debía dar ante los distintos protocolos aeroportuarios. También un primo mío que había vivido allí largos años me había aportado cumplidos consejos. Para todos era territorio común que en el informe para la policía de fronteras (datos personales, domicilio en la isla, dinero, actividades previstas y otros datos que hoy parecerían inauditos) en el apartado religion yo debía hacer constar NO RELIGION. Por aquel entonces los del IRA estaban dando fuerte en Irlanda y todos los católicos, en consecuencia, bajo observación. Yo venía convencido de ello. Era lo prudente y lo conveniente…
Llegó el momento de pasar el control de pasaportes y procedí a colocarme en la correspondiente cola: a los españoles de entonces nos correspondía la que rezaba OTHER NATIONALITIES, aún España no había ingresado en la Comunidad Económica Europea. Y allí estaba yo, tan blanquito y rubio, entre africanos y señores de exóticos atuendos y turbantes. Se me acercó un Bobby y me entregó el formulario esperado. Me dirigí a un mostrador contiguo y comencé a completarlo. Todo iba saliendo conforme a lo anticipado. Al llegar al tan previsto apartado religion, extrañado, paré un momento. Sabía a la perfección lo que tenía que escribir. Así que, tomando de nuevo el boli, anoté con trazo firme ROMAN CATHOLIC.

2 comentarios:

  1. Happy memories of our youth. What's happened to your blog? Everything was so angry and negative and then suddenly you have returned to your poetic soul. I'm afraid we can't change the wrongs of the world but we can enjoy the simple pleasures that life gives us. The pain comes on it own. By the way, the fados are amazingly beautiful.

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  2. This Anónimo's voice sounds very familiar to me...

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