viernes, 3 de junio de 2011

TAUROMAQUIA

 
     Gracias a Miguel Suárez Lagares por estas fotos. 

 Volvió el toro y volvió bien.  Once años llevaba sin aparecer por estos pagos. Estremece pensar que para todo arribeño menor de quince años no era más que la música de una idea sin imágenes.
Las tradiciones que tardan en recuperarse se ven abocadas al drama de que no quede nadie que se reconozca en ellas. Aquí no ha pasado esto. Para la mayoría de nosotros sigue siendo parte viva de nuestra manera de entender las fiestas.
Yo lo he disfrutado como un niño chico, en sentido literal, desde la puerta de mi casa y vistiendo una de las camisetas viejas que me pongo para dormir. La misma que he tenido que cambiar, después, por la peste a pólvora que la ha impregnado.
No he podido sustraerme, sin embargo, a la nostalgia de unas desolladas  rodillas infantiles chorreando sangre en el terregal inmundo de la Calle San Sebastián de entonces o de los tiras y afloja con una madre joven para que me dejara estar hasta las tres, en aquellos Corpus de tamborilero, puja y toro, en los que las fiestas empezaban no más allá de las diez de la noche.
Me he vuelto a emocionar con su ritual: espera, saludo ante una capilla de puertas cerradas y la histeria de la quema con el alumbrado apagado… Pero, sobre todo, me ha conmovido el verme  reflejado, no importa los años, en los rostros de niños y jóvenes que lo han vuelto a vivir con la misma tensión con que yo lo viví siempre. Bienvenidos sean a esta liturgia arribeña de siglos… Y que, con las debidas salvaguardas y precauciones, dure y perdure… AMEN.  

                                                                          Gracias a Miguel Suárez Lagares por estas fotos. 

3 comentarios:

  1. Respeto tus emociones, tus recuerdos, tus sentimientos pero no entiendo que nadie se pueda emocionar ante un animal con su astado prendido en fuego y a merced del ser humano. Lo siento pero defender la tradición por unos recuerdos emotivos de la niñez me parece una capacidad limitada de raciocinio. No puedo estar de acuerdo contigo en todo, perdón si he molestado.

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  2. Anónimo, no se trata de un animal de carne y hueso, si no de una especie de escafandra imitando a un toro, con diversos cañones por donde salen las "culebrinas" y demás efectos pirotécnicos. Yo, todo cuanto sea recuperar sanas tradiciones de mi pueblo (aun siendo de la otra Cruz), me alegraré siempre. Recuerdo que también lo quemaban en la Feria de agosto.

    Por otra parte, sin ánimo de abrir polémicas, tachar a alguien de raciocinio limitado por un determinado gusto, me parece cuanto menos irrespetuoso.

    Saludos!!

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  3. Gitanillo: gracias por la aclaración, la ignorancia es muy atrevida y eso es lo que me ha ocurrido. Pido disculpas públicas a Joaquín y a todo "rocianero" que se haya sentido ofendido. Conozco a Joaquín y sé que no es una persona de raciocinio limitado, justo todo lo contrario.
    Una vez aclarado el entuerto no creo que sea irrespetuoso dudar de la capacidad de aquél o aquélla que tenga ¿el gusto? de maltratar a un animal. El maltrato animal no es una cuesstión de gustos, es cuestión de humanidad o "animalidad", según se mire. Pido de nuevo disculpas y lo siento pero a mí "eso de las tradiciones" me provocan alergia: cuestión de gustos.

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