viernes, 1 de julio de 2011

RRRRRRRRR…………

Uno de julio. Salgo de casa esta mañana con propósito poco definido. Conduzco hasta la capital con la intención de echar un vistazo a las recién estrenadas rebajas y comerme, de paso, un helado de los que fabrican los heladeros artesanos de Ibi. (En estas fechas no los perdono. No los hay mejores en el mundo y saben a Mediterráneo puro). La verdad es que cualquier pretexto es bueno para pasar fuera de casa las primeras horas de las vacaciones. Al final termino haciendo las dos cosas: saboreo un riquísimo helado de levantino turrón de yema tostada y encuentro camisa y pantalones cortos azules, muy de mi gusto.
De camino, leo algunos carteles publicitarios en innecesario inglés. Me duelen… Somos los profesores de lenguas extranjeras los mayores defensores del uso con propiedad de la nuestra propia y los más enamorados de la misma. Corregimos de continuo a nuestros alumnos en su habla y hacemos reiteradas propuestas de expresiones y términos alternativos. Somos conscientes, no obstante, de que las lenguas han sido siempre realidades en transformación que responden a las mutantes comunidades humanas y a sus necesidades de socialización y adaptación. Siempre se han interferido y prestado. Por mi parte, sé muy bien que ello es así y, en consecuencia, nunca corrijo la utilización de palabras como “pendrive” y otras tantas al uso hoy en día. Sé que, con el tiempo, quedarán lexicalizadas e integradas al uso normal del español, como ha ocurrido en tantas ocasiones anteriores a lo largo de la historia.
En estas cavilaciones voy cuando, poco antes de San Juan del Puerto, suena el teléfono y me veo obligado a echar el coche a un lado de la carretera. Es el Secretario del instituto.
-              - Oye, ¿tú le entregaste al Jefe de Estudios la lista con los nuevos libros de texto para el próximo curso?
-              - Sí, José María, – respondo, el Departamento de Inglés fue el primero en hacerlo…
-              - Es que andamos locos y no damos con ella…
-              - Pues buscadla bien, removed papeles porque, te digo, están entregadas…
-              - ¿Tú estás seguro…?
-              - Tan cierto como que me tengo que morirrrrrrrr………
Y queda esa castellanísima “R” largamente suspendida en el tiempo entre mi punta de la lengua y el velo del paladar. Me sabe a gloria. La saboreo como a un caramelo dulce… Por cierto, “caramelo”, lusismo, palabra castellana procedente de la lengua portuguesa…

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