sábado, 15 de enero de 2011

DIVINOS REFLEJOS.


El ordenador te puede dar alegrías o sofocones. Lo que siempre hace es robarte mucho tiempo, como cuando intentas trabajar en los programas de edición de fotos. Hoy me he puesto a echar unas horillas, con la amplitud que hace sentir un viernes por la tarde, y he conseguido algo resultón.
Jugando con capas, destellos y reflejos me ha salido esta fantasmagoría casi celestial en la que las aguas del Tinto hacen espejear la espadaña y el segundo cuerpo de portada de mi capilla, suspendidos en un halo de luz rosácea y mística. La Cruz preside e ilumina la escena desde lo alto.
Es un bonito fondo de pantalla, con formato 16:9, que ya he instalado en mi PC. Me gusta cambiarlos con cierta frecuencia.
Si alguien está interesado en tenerlo, no me importaría pasárselo, al contrario, me sentiría complacido. Facilíteme una dirección de correo electrónico y, con gusto, se lo mandaría. 

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